Probablemente los autores no se pararon a pensar que sus protagonistas femeninas podían dar una imagen de inferioridad y que eso a su vez podría influir en los niños y niñas. En la mayoría de los cuentos populares de la literatura infantil podemos encontrar ciertos aspectos machistas, pero ¿qué pasaría si fuera el príncipe el que se quedara en casa limpiando e lugar de Cenicienta?, ¿o si fuera él quién mordiera la manzana y necesitara el beso de amor de Blancanieves para despertar?
A continuación vamos a reescribir uno de los cuentos populares más conocidos, cambiado los géneros de los protagonistas para comprobar que las historias pueden cambiar mucho si variamos los géneros.
CAPERUCITO ROJO
Érase una vez un niño que vivía con su padre en una casa preciosa a en un pueblo pequeñito. A este niño le llamaban Caperucito ya que no salía sin la caperuza roja que su abuelo le había regalado.
Una mañana el padre de Caperucito le pidió que fuera a casa de su abuelo a llevarle una cesta llena de frutas, ya que este estaba enfermo. Caperucito sin rechistar cogió la cesta y la caperuza roja y salió hacía casa de su abuelo. Antes de alejarse de la casa escuchó a su padre decirle que no fuera por el bosque, ya que había una loba que podía comerle, pero Caperucito no le hizo caso.
Llegó al bosque y se encontró a la loba. Esta le preguntó a dónde iba y el niño le contestó que iba a ver a su abuelo. La loba le propuso un juego, cada uno iría por un camino a casa del abuelo y quién llegara antes ganaba. Caperucito aceptó, pero no se dio cuenta de que la loba le estaba engañando.
La loba llegó pronto a casa del abuelo, y engañándolo a él también consiguió comérselo. La loba se vistió con la ropa del abuelo y se metió en la cama para poder engañar también a Caperucito y poder comérselo. Y así sucedió, cuando el niño llegó a la casa del abuelo fue engañado por la loba y engullido por ella. Por suerte una cazadora que pasaba por allí escuchó y vio todo lo que había pasado y disparó a la loba, pudiendo sacar a Caperucito y al abuelo de la barriga de esta.
FIN
Como hemos podido comprobar los cuentos pueden cambiar si los géneros de los personajes es distinto. En este caso, Caperucito es un niño indefenso, al igual que el abuelo y la valiente de la historia, la que consigue rescatarlos es una mujer, la cazadora. Sin embargo al cambiar el género del lobo a loba está queda como la mala del cuento, la manipuladora y mentirosa. De esto modo nos damos cuenta que muchas veces existe machismo en las historias populares, pero que no siempre se arregla al cambiar los géneros,
Independientemente del género que tengan los personajes siempre se va a poder criticar el papel de uno o de otro. Por ello tenemos que ser conscientes de los distintos valores que podemos transmitir a los niños y niñas mediante la literatura. Somos nosotros los responsables de escoger las mejores historias para que ellos/as se entretengan de forma educativa y a la vez aprendan.
Personalmente he encontrado esta pequeña historia en Internet que explica que no todos los niños son iguales y que muchas veces estos no quieren jugar con coches ni sueñan con ser futbolistas sino que disfrutan imaginando que son "Un Príncipe Rosa"
Mª José Ruiz González
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